Cuando llegué a vivir a Chile y descubrí los maravillosos productos de su mar, mi vida cambió como cocinero y la influencia de estos productos fue vital en mi estilo de cocina, como si me hubiera mimetizado con ellos. Y no solo fui cocinando sino también probando diferentes versiones de los platos clásicos chilenos. Uno de ellos fue el Caldillo de Congrio . Probé cientos de versiones y encontré algunas que me sabían a buenos caldos de pescado, otras más o menos y otras más bien malas, pero no encontraba ninguna que me volviera realmente loco de placer, me hiciera sonreír de oreja a oreja y que produjera en mi boca un baile interminable de las papilas gustativas. En ese momento los buenos restaurantes de Chile no ofrecían, generalmente, un Caldillo de Congrio ya que era un plato popular y nadie lo había elevado a una expresión mayor como los franceses a la Boullabaisse. Se encontraba en los restaurantes más populares y muchos de ellos, como en todos los rincones del mundo tenían cociner
Un espacio para contar mis experiencias después de más de 40 años en la cocina, mi fiel compañera de viajes y emociones. Espero aprender de los que me sigan y contestar sus inquietudes dentro de mis posibilidades