Ir al contenido principal

El lambí y los cubanelas




El LAMBÍ (Conch, en inglés) es un caracol muy común en las islas de Caribe.
Su concha es muy bonita y presenta tonalidades rosadas, naranjas y blancas suves y fuertes y sobre todo brillantes como es el Caribe.
Se usa mucho como adorno aunque algunos dicen que trae mala suerte. Yo no comparto esa idea, ya que he tenido en mi casa y siempre me fue bien con ellos a mi alrededor.
Bien cocinado es muy sabroso, pero mal cocinado es lo más conocido al caucho que te puedes imaginar.
El siguiente es un texto extraido de un sitio dominicano:

"La cocina dominicana es una mezcla de las influencias taínas, europea y africana en una explosión de ricos matices y condimentos.
Por ser la República Dominicana un país caribeño, el consumo de este “fruto” proveniente del mar es muy habitual, por lo que el lambí es uno de los mariscos que en “Quisqueya la bella” es muy popular. La gastronomía dominicana está enriquecida por su gran variedad de sabores, en la que los sazones caseros se unen con los productos que nos provee la naturaleza. El lambí es un molusco que según dicen es un excelente afrodisíaco, por lo que es una de las razones que en el país su consumo es muy apreciado, principalmente por toda la población masculina que creen en las potencialidades de este rico manjar marino."

El AJÍ CUBANELA es parecido en forma al Ají verde que se utiliza en Argentina y en Chile, pero no es picante. Su sabor es un poco más suave y es más aromático que el pimiento morrón más conocido en Argentina.

"El cubanela: Pimientos y ajíes hay muchos, pero el cubanela, que pertenece a la variedad de forma alargada, es único.
Aunque es un ingrediente base en la gastronomía dominicana, su uso se remonta a muchos años y civilizaciones atrás. Los mayas, por ejemplo, lo utilizaban en la preparación del cacao caliente o para moles.
Y es que al consumirlo no tiene que preocuparse por el sabor que adquirirán sus platos, pues este sabio vegetal tiene un sabor moderado, y a diferencias de los pimientos, no es ni demasiado picante, ni demasiado agrio.
También cuenta con variedad, pues dependiendo de cuándo se corte de la mata, lo encontrará en diferentes colores y tamaños: rojo, verde, amarillo o naranja. Eso sí, ¡todos sabrosos! "

Comentarios

  1. Hola! gracias por tu exhaustiva respuesta a mi pregunta anterior. Lástima que ninguna de las dos cosas se consigue en Buenos Aires, así que deberé quedarme con las ganas hasta que algún día decida ir a RD!!!
    besos

    ResponderEliminar
  2. Martin, que pena que ya no te tengamos con nosotros en RD y que ahora sean los paisas los que se beneficien de tu amistad.
    Un abrazo y que el destino te depare todo lo que te mereces.
    Un amigo desde RD

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

CHEFS vs INGENIEROS EN ALIMENTOS

CHEFS vs INGENIEROS EN ALIMENTOS Confusión de los empresarios o faltan chefs o sobran ingenieros. Cuando la primera vez que encontré en Medellín, trabajando en una cocina y por encima del chef, a una ingeniera en alimentos no le di mayor importancia. El lugar era un viejo club tradicional de Medellín un poco venido a menos, pero conservando algo de su distinción de antaño. El chef era un buen profesional pero autodidacta y todos sabemos que hoy en día se necesita no solo saber cocinar y administrar una cocina desde el punto de vista operativo, sino también desde el punto de vista comercial. Pensé entonces que esa era la función que estaba cumpliendo el ingeniero en alimentos, control de recetas, control de los alimentos, compra, almacenamiento, etc. Pero cuando comencé a conocer por dentro más restaurantes, sobre todo en las grandes operaciones gastronómicas con cocinas centrales de abastecimiento para sus locales, los ingenieros en alimentos fungiendo como chefs, comenzaron a brotar c

MODAS EN LA COCINA, su inconsistencia

Mis primeras experiencias en los negocios de servicio fueron bares y discotecas, allá por el 1967, eran negocios de verano que hacíamos con amigos para pasar un buen veraneo de 3 meses o más, y aunque no lo crean, hacíamos suficiente dinero como para disfrutar el resto del año mientras estudiábamos. En el 71 me casé y comenzó a llegar mi hija entonces cambié los bares y discotecas del verano, por una sandwichería y esa fue mi primera experiencia gastronómica…y terminado el verano seguimos con el mismo tipo de negocio, pero ahora ya en forma permanente como medio de vida importante y así fue como fui dejando la veterinaria por la cocina. A la sandwichería pronto se le sumó una pizzería y después una rotisería…todavía no existía una idea bien clara de lo que era una cadena, por lo menos en Argentina y mucho menos las franquicias. Ahí me di cuenta que lo mío era la cocina y cuando llegó mi divorcio decidí estudiar cocina y me fui a Suiza…era la época de la Nouvelle Cuisine